Si pongo en una balanza, lo bueno y lo malo q hay en nuestra relación.. lo MALO, no hace peso, no tiene cabida.. Yanii, mi princesa ... dame tiempo nena, para recuperarme x completo, y volver a ser la misma de antes, la misma loca.. vale? sólo no olvides q te amo y q sigo luchando x la vida.. y por mi niño! Ok? ...
Princesas, tmb las extraño.. necesito tiempo.
NO SE OLVIDEN DE MI, x lo q mas quieran, de vdd!!!.. además... ana me ataca más que nunca... más q nunk m siento fatal con mi cuerpo.. lo odio, quieroooo ser delgada,,!!!
CARTA..
Querido Fernando:
Escribo esta carta sin caretas ni máscaras… Con los ojos vidriosos y el corazón en la mano… Y de hecho con la firme intención de desahogarme aunque finalmente tú ni vayas a leerme…
Lo que hiciste aquel día, estuvo mal, muy mal… Desconozco la verdadera razón, pero sea cual sea no es justificación y ambos lo sabemos. Mírame, ya no lloro… Siénteme, ya no me desmorono… Mis muñecas van sanando, mi apetito mejorando y si, mi sonrisa… ha regresado. He asimilado por completo lo que pasó y te confieso que duele, duele en lo más profundo de mi alma… Llegaste a donde nadie pudo jamás llegar y estando allí activaste una bomba de tiempo que tarde o temprano explotaría y me destruiría por completo. Fernando, no podías esconderlo, yo sabía que algo pasaba y no me importa si me crees o no; Ese día, 31 de Agosto, tuve un mal presentimiento, ¿Recuerdas? Ni siquiera te llamé para darte las buenas noches, sabía que algo malo ocurría pero no sabia que…al día siguiente pensé que había yo sentido aquel presentimiento porque estabas enfermo… Y pensé… “Ah, eso era… pobre Fer y yo pensando mal… que mala soy”…
HOY, lo comprendo perfecto, lo asimilo y lo acepto… Somos adultos ¿No? ¡Sabemos bien lo que hacemos! Me hiciste un daño irreparable, terminaste con la poca confianza en mi misma que me quedaba después de los malos tratos, las humillaciones y los abusos de mi mamá, hiciste pedazos la confianza que ciegamente te tenía, desapareciste mágicamente la ilusión más grande de mi vida, me decepcionaste como NADIE lo había hecho antes, acabaste con mi alegría por vivir, mi autorrespeto se desvaneció… Y finalmente con tus últimas palabras en esa conversación pisoteaste mi persona, mi respeto como mujer, como tu novia y como madre de tu hijo. Si, me has hecho daño Fernando…
Te confieso que mi primera reacción fue odiarte, vengarme… fue buscar una forma de hacerte sentir lo mismo que yo estaba sintiendo, por que tu traición era injusta. Yo siempre te he sido cien porciento fiel, me entregué a ti sin interés ni condición alguna… Te entregué lo mejor de mí, ¡Siempre lo he hecho! No tienes idea del daño... y yo ya te había dicho varias veces antes de que me fueras infiel.. “Me estas haciendo daño”… ¿No te acuerdas? Con tu actitud y conducta me sentía diariamente terriblemente sola… Cada segundo que estaba contigo y tú mirabas la hora sin parar, era un martirio… Cada que te decía que me quería casar contigo por mero amor y que eso me brindaría la seguridad que me faltaba… Tú me hacías a un lado, asegurando que no nos íbamos a casar ahorita… ¿Tienes idea de lo humillante que fue? No quiero imaginar lo estúpidamente patética que me veía rogándote.. Sentía morirme cada que me lo decías, pero aparentaba ser fuerte y no presionarte… Pero ella tiene razón, es porque no estas seguro de quererme y no hay otra razón… Y con mis presiones sólo te alejé… Así que aunque quiera, yo no te voy a pedir matrimonio, ni te lo voy a insinuar, mucho menos a rogar… Ya basta de pisotearme a mi misma, ¿No? Serás tú, de hoy en adelante, el que tome esa iniciativa, como debe ser, aunque sea uno de los tabúes machistas más tontos e incoherentes…
Tú me dices que estás arrepentido, que las cosas van a cambiar, que nunca lo volverás a hacer de nuevo... Y yo te digo que cada herida que me hiciste aún sangra y que todas sangrarán por mucho tiempo… Que sigo sintiendo deseos de odiarte, de vengarme… Pero también te digo que soy una mujer buena, una mujer que entrega todo por el todo y lucha sin detenerse un segundo por lo que quiere…. Y que no esta dispuesta a seguir contigo sintiendo este profundo dolor… Envenenada con el rencor… Si me has hecho daño Fernando… Tu ofensa me ha costado una parte de mi alma…
Los seres humanos nos dañamos unos a otros… a diario, personas encarceladas injustamente, miles de mujeres golpeadas, mutiladas, abandonadas, asesinadas… asaltos, robos, abusos sexuales, fraude, violencia… Por eso siempre soy cautelosa y estoy a la defensiva hasta con mi propia familia…
Pero, de la persona que más amas en el mundo y supuestamente “TE AMA” no te lo esperas, tú mismo lo viviste, yo no confiaba en nadie, me ponía una máscara y me cubría con una coraza impenetrable, pero me dí cuenta que con aquella coraza hecha de puros malos sentimientos era prácticamente imposible llegar a amar a alguien, así que me volví una vez más… frágil, vulnerable… excesivamente fácil de lastimar… y que bizarro resulta, pero cuanto mas amas a la persona que te daña… más duele… El dolor penetra cada rinconcito de mi mente, cada célula en mi cuerpo, a tal grado que dejé de pensar antes hablar y/o actuar… Llegué a no dormir en 2 noches (tres si cuentas esta), tres días no comí… el odio, el rencor me estaba corroyendo el alma… La sed de venganza y la soledad estaba terminando conmigo… Era como un veneno que tu mismo habías estado inyectando en mi cuerpo diariamente desde hace tiempo con tus acciones, tus palabras, tu mirada indiferente, tu ausentismo…
¡Maldita sea!
Me dolió tanto, tanto… y ¿Sabes por que?
Porque no es la fidelidad del cuerpo lo más importante en la pareja, sino la del alma…
Ese veneno me estaba destruyendo por completo… ¿Cómo? ¿Cómo terminar con él?
*…PERDONANDO…*
En mi vida, he aprendido mucho acerca del perdón… Para empezar aprendí que no basta con decir… “Sí, esta bien, te perdono”… ¡Es necesario sentirlo!
Cuando perdonas, Fer, no le estás haciendo el favor a quién te ofendió… ¡Te haces el favor a ti mismo! (¡Caray! Cuanto me costó comprenderlo). Pero ¿Perdonar? No, no es así de sencillo y es que no se nace sabiendo perdonar… No es suficiente con “olvidarlo” y hacer de cuenta que nada pasó ni tampoco mantener nuestra relación por el bebé. Porque sabemos que nada sería igual a pesar de jurarnos que nos amamos con locura y que de hecho sería un martirio estar juntos. Fer, yo SIEMPRE lo supe, sabía que la respuesta de todo estaba en el más sincero perdón… Pero no encontraba una manera rápida y sencilla de llegar a él, y es que.. aunque quería, yo no podía perdonarte… Además de que me invadía el miedo de volver a ser lastimada, era como aceptar que me pisotearas cuando quisieras de la manera tan cínica y cruel como lo hiciste…
Te confieso que mi primera reacción fue odiarte, vengarme… fue buscar una forma de hacerte sentir lo mismo que yo estaba sintiendo, por que tu traición era injusta. Yo siempre te he sido cien porciento fiel, me entregué a ti sin interés ni condición alguna… Te entregué lo mejor de mí, ¡Siempre lo he hecho! No tienes idea del daño... y yo ya te había dicho varias veces antes de que me fueras infiel.. “Me estas haciendo daño”… ¿No te acuerdas? Con tu actitud y conducta me sentía diariamente terriblemente sola… Cada segundo que estaba contigo y tú mirabas la hora sin parar, era un martirio… Cada que te decía que me quería casar contigo por mero amor y que eso me brindaría la seguridad que me faltaba… Tú me hacías a un lado, asegurando que no nos íbamos a casar ahorita… ¿Tienes idea de lo humillante que fue? No quiero imaginar lo estúpidamente patética que me veía rogándote.. Sentía morirme cada que me lo decías, pero aparentaba ser fuerte y no presionarte… Pero ella tiene razón, es porque no estas seguro de quererme y no hay otra razón… Y con mis presiones sólo te alejé… Así que aunque quiera, yo no te voy a pedir matrimonio, ni te lo voy a insinuar, mucho menos a rogar… Ya basta de pisotearme a mi misma, ¿No? Serás tú, de hoy en adelante, el que tome esa iniciativa, como debe ser, aunque sea uno de los tabúes machistas más tontos e incoherentes…
Tú me dices que estás arrepentido, que las cosas van a cambiar, que nunca lo volverás a hacer de nuevo... Y yo te digo que cada herida que me hiciste aún sangra y que todas sangrarán por mucho tiempo… Que sigo sintiendo deseos de odiarte, de vengarme… Pero también te digo que soy una mujer buena, una mujer que entrega todo por el todo y lucha sin detenerse un segundo por lo que quiere…. Y que no esta dispuesta a seguir contigo sintiendo este profundo dolor… Envenenada con el rencor… Si me has hecho daño Fernando… Tu ofensa me ha costado una parte de mi alma…
Los seres humanos nos dañamos unos a otros… a diario, personas encarceladas injustamente, miles de mujeres golpeadas, mutiladas, abandonadas, asesinadas… asaltos, robos, abusos sexuales, fraude, violencia… Por eso siempre soy cautelosa y estoy a la defensiva hasta con mi propia familia…
Pero, de la persona que más amas en el mundo y supuestamente “TE AMA” no te lo esperas, tú mismo lo viviste, yo no confiaba en nadie, me ponía una máscara y me cubría con una coraza impenetrable, pero me dí cuenta que con aquella coraza hecha de puros malos sentimientos era prácticamente imposible llegar a amar a alguien, así que me volví una vez más… frágil, vulnerable… excesivamente fácil de lastimar… y que bizarro resulta, pero cuanto mas amas a la persona que te daña… más duele… El dolor penetra cada rinconcito de mi mente, cada célula en mi cuerpo, a tal grado que dejé de pensar antes hablar y/o actuar… Llegué a no dormir en 2 noches (tres si cuentas esta), tres días no comí… el odio, el rencor me estaba corroyendo el alma… La sed de venganza y la soledad estaba terminando conmigo… Era como un veneno que tu mismo habías estado inyectando en mi cuerpo diariamente desde hace tiempo con tus acciones, tus palabras, tu mirada indiferente, tu ausentismo…
¡Maldita sea!
Me dolió tanto, tanto… y ¿Sabes por que?
Porque no es la fidelidad del cuerpo lo más importante en la pareja, sino la del alma…
Ese veneno me estaba destruyendo por completo… ¿Cómo? ¿Cómo terminar con él?
*…PERDONANDO…*
En mi vida, he aprendido mucho acerca del perdón… Para empezar aprendí que no basta con decir… “Sí, esta bien, te perdono”… ¡Es necesario sentirlo!
Cuando perdonas, Fer, no le estás haciendo el favor a quién te ofendió… ¡Te haces el favor a ti mismo! (¡Caray! Cuanto me costó comprenderlo). Pero ¿Perdonar? No, no es así de sencillo y es que no se nace sabiendo perdonar… No es suficiente con “olvidarlo” y hacer de cuenta que nada pasó ni tampoco mantener nuestra relación por el bebé. Porque sabemos que nada sería igual a pesar de jurarnos que nos amamos con locura y que de hecho sería un martirio estar juntos. Fer, yo SIEMPRE lo supe, sabía que la respuesta de todo estaba en el más sincero perdón… Pero no encontraba una manera rápida y sencilla de llegar a él, y es que.. aunque quería, yo no podía perdonarte… Además de que me invadía el miedo de volver a ser lastimada, era como aceptar que me pisotearas cuando quisieras de la manera tan cínica y cruel como lo hiciste…
Finalmente… me atreví a enfrentar abiertamente el dolor… como mujer esta vez y no como una niña que sólo llora sin saber que hacer… Reconozco que estoy terriblemente herida, que tu manera de actuar si me afectó, me hizo mucho daño y definitivamente me duele como nada me había dolido antes… Ahora, haciendo el recuento del daño recibido, lo acepto,,, Y no como quien no se sabe defender, no como quien no se valora a si misma, no como quien cree que no vale la pena como mujer… no como tu tonta favorita… ¡No! Recibo cada acción, cada palabra, cada estaca enterrada… con la frente en alto… como quien sabe AMAR… como quien ama de verdad y como quien sabe lo que quiere … Ahora si Fernando…
*TE PERODONO*
y lo hago con el cuerpo, el alma, mente y corazón!.... No Fer, no es necesario que llores para que te perdone… ya no te humilles más… Jamás quise yo lastimarte, si no te había perdonado antes no es por que no quisiera, es simplemente porque no comprendía nada de esto.. y creía que debía darte una lección, para que jamás lo volvieras hacer… aunque sé que si así fuera, hubiese logrado mi cometido… Pero que equivocada estaba… quien ama sabe perdonar… quien perdona, sabe amar…
Creo que hoy más que nunca te voy a amar y con mucha más franqueza que antes, ya sé, sé perfectamente que no te lo mereces… piensa, piensa en cada palabra de esa conversación, más que en esa mujer, piensa en tu manera de actuar, de hablarme… de estar ausente sentado en una mecedora durante meses sin estar allí realmente… No te mereces mi perdón, ni una gota de mi amor…
Pero el perdón… ¿Qué es realmente “el perdón”?
***El perdón es un obsequio inmerecido, igual que el verdadero amor… El amor REAL jamás podrá ser un premio, algo merecido, algo ganado… No, el amor es un regalo… Fernando TE AMO, no como “premio” a tu conducta, sino a pesar de tu conducta… Nadie que condicione su cariño a alguien lo ama de verdad.***
Dicen que una infidelidad es imperdonable… ¿Cómo pasar por alto tal ofensa? ¿Cómo olvidar algo tan humillante? Una infidelidad es traición de grado superlativo Fernando, pero digan lo que diga los psicólogos y la gente en general… Yo, estoy completamente a otro nivel… Tengo un poder sobrehumano… ¿Cuál? Estoy con Dios… si.. el mismo Dios que hace lo IMPOSIBLE, posible… hace lo IMPERDONABLE, perdonable.
Ahora, antes de seguir sufriendo en silencio o simplemente decirte ADIÓS para siempre…
yo te pregunto.. (Piensa muy bien la respuesta)… ¿Me amas?
Era muy diferente todo antes de tu traición, teníamos planes de casarnos, hoy tal vez los planes deberían de cambiar… pero si tú aun me amas.. NO CAMBIARÁN…
¿Me amas?
¿Aún me amas?
¿Igual?
¿Más o menos que antes de aquella traición? (Que en realidad no tengo idea de cuantas veces fueron, ni de si fue nada más físico, emocional… en sueño y/o pensamiento…)
¿Me amas Fernando David?
Si la respuesta es SI…
Entonces ¡Sigamos adelante! Cuentas conmigo, mucho más que antes… sigamos como pareja, pero esta vez como una pareja INDESTRUCTIBLE, incorruptible, estoy a tu lado y aquí me voy a quedar… somos los mejores amigos… y NO, no te voy a dejar…
¡TE PERDONO!
Vale la pena intentarlo…
Sí tú aún me amas Fernando… sigamos caminando juntos, sin volver la vista atrás… olvidando por completo los errores… Hoy más que nunca soy tuya y tú más que nunca formas una parte de mí…
Todo se puede perder en un segundo por negativismo, flojera, y falta de tiempo… no dejemos que se pierda… lo nuestro que es tan valioso…
Sé que quizá no vas a entender todo lo que escribí en esta carta… sé que cada palabra es confusa… Se que todo lo que digo, choca con lo que la gente piensa y quizá se contradiga con los problemas que has vivido en relaciones pasadas… Pero nunca es tarde para cambiar, desplazar formas ineficientes y dañinas de pensar…
¡Esta es la oportunidad perfecta para CAMBIAR.. y luchar por nuestro amor!
Me despido con el corazón en la mano… y el más sincero… TE AMO….
-xoxo-
Tu princesa por siempre...